Más que un juguete: protección solar para los ojos de los niños

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Las gafas de sol pueden ser muy atractivas, incluso para los niños. Sin embargo, proteger los sensibles ojos de su hijo es más importante que el aspecto.

Independientemente de si está de vacaciones en la playa o relajándose en el jardín de casa, cuando el sol brilla, los niños quieren salir a jugar fuera. La mayoría de los padres no se olvidan de ponerle crema solar y gorro a su hijo, pero muchos no saben que las gafas de sol también son importantes. Los ojos de los niño son especialmente sensibles. Es por esto que las gafas de sol de la óptica son esenciales para los niños cuando están al aire libre.

No hay forma de retener a los niños cuando se trata de ir a jugar al sol. Quieren estar fuera divirtiéndose. Los padres responsables ponen crema solar a su hijo y lo cubren para protegerlo del sol. Sin embargo, las gafas de sol también son un elemento necesario, al igual que la crema solar y los gorros. Los ojos de los niños están en peligro durante la exposición a los rayos del sol, ya que son más claros y permiten pasar mucha más luz que los ojos de los adultos. Esto significa que los rayos UV pueden ocasionar mucho más daño en los niños, debido a la ausencia de defensa contra los rayos de onda corta del sol. El riesgo de daño permanente aumenta de forma alarmante si se exponen a los rayos del sol durante largos periodos de tiempo. Décadas de radiación UV pueden acarrear problemas de salud a largo plazo, como por ejemplo cataratas. Por este motivo, las gafas de sol son más que un accesorio atractivo para los niños.

Al igual que en las gafas normales y, sobre todo, las lentes graduadas, la calidad de las gafas de sol es especialmente importante. Las gafas divertidas pero baratas no suelen ofrecer la protección necesaria. Si las lentes de las gafas tienen burbujas de aire o vetas, son más bien un juguete que debería desecharse. Lo mismo ocurre con las gafas de sol con lentes amarillas, azules o rojas, ya que distorsionan la percepción de los colores. Su óptico de confianza podrá asesorarle a la hora de elegir el producto ideal para su hijo.

¿Qué necesita saber a la hora de comprar unas gafas de sol para su hijo?

Las monturas no deben ser frágiles o presentar bordes afilados. De lo contrario, su hijo podría hacerse daño jugando. Las lentes graduadas de alta calidad cobran aún más importancia. Tanto en los niños como en los adultos, las gafas de sol provocan la dilatación de las pupilas. Si las lentes de sol no ofrecen la protección UV adecuada, los peligrosos rayos UV pueden atravesarlas sin ningún tipo de impedimento y, en determinadas circunstancias, causar lesiones permanentes. Asegúrese de que las lentes cuentan con el distintivo CE y la etiqueta UV-400. Únicamente estas lentes graduadas cumplen los requisitos europeos. Por motivos de seguridad, solo las lentes orgánicas antichoque son aptas para las gafas de sol de los niños.

Por supuesto, hasta las mejores gafas de sol no son buenas si el niño no se las quiere poner. El mayor problema es que los niños aún no son capaces de evaluar por si mismos si las gafas les quedan bien o son incómodas o estrechas. Le aconsejamos que confíe en la experiencia de su óptico a la hora de tomar una decisión. Los expertos son capaces de encontrar las gafas de sol perfectas para su hijo en función de la forma de su cara.

Un consejo: Para asegurarse de que su hijo se ponga las gafas de sol, déjele que las elija.

Por cierto: las gafas de sol no son aptas para bebés pequeños. El puente de la nariz y las orejas de estos aún no se han desarrollado lo suficiente como para poder llevarlas. La mejor protección para su bebé es un gorro de ala ancha o mantenerlo alejado del sol. Los niños deben haber empezado a usar gafas de sol adecuadas, como muy tarde, al comenzar el periodo preescolar.