La luz azul: lo bueno y lo malo

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¿Cuánta luz azul necesitamos? ¿Cómo y cuándo deberíamos protegernos de ella?
Existe un debate acalorado sobre los efectos dañinos y beneficiales de la luz azul. Por un lado, la luz azul puede ser una herramienta útil para combatir la depresión invernal y el insomnio. Por otro lado, la luz azul puede dañar permanentemente el ojo humano. Pero, ¿qué es eso de la luz azul? ¿Qué ha cambiado con la luz artificial de nuestros días? ¿Por qué necesita nuestro cuerpo los efectos biológicos de esta longitud de onda? ¿Cómo y cuándo deberíamos protegernos de los efectos potencialmente dañinos de la luz azul? Siga leyendo para obtener más información sobre los aspectos positivos y negativos de la luz azul.

El espectro visible
La luz que alcanza y penetra el ojo humano se divide en divide en luz visible, que abarca longitudes de onda de entre 380 y 780 nm, y luz no visible, que incluye tanto la franja ultravioleta (luz UV) como la franja infrarroja (luz IR).

Los expertos están de acuerdo desde hace tiempo en que la luz UV puede dañar nuestro tejido biológico, como la piel y los ojos. Por eso la gente suele tomar precauciones para protegerse del sol mediante cremas de protección solar o las gafas de sol. En cualquier caso, la luz azul-violeta visible también tiene el potencial de dañar nuestros ojos. A pesar de que la luz azul-violeta posee menos energía que la luz ultravioleta, apenas ha pasado por ningún filtro cuando penetra en el ojo y alcanza la retina. Por el contrario, la parte frontal del ojo absorbe casi por completo la luz ultravioleta, y solo una cantidad notablemente inferior al 5 % de ella accede hasta la retina.

El componente azul de la luz entre 380 nm y 500 nm se conoce también como luz visible de alta energía (HEV). En particular, las longitudes de onda azul-violeta situadas entre 380 y 440 nm se consideran potencialmente dañinas y es una de las posibles causas de la fotorretinitis, es decir, el daño de la retina a consecuencia de luz incidente de alta energía.
Aspectos beneficiales de la luz azul
Además de ayudarnos a ver, la luz también es un medio importante de regulación de los ritmos biológicos e influye en nuestro bienestar en general. La luz influye en si estamos o no despiertos, centrados y productivos y si nos sentimos sanos y con energía.

Estudios científicos han confirmado el efecto biológico que la luz ejerce sobre el cuerpo. La luz ultravioleta, por ejemplo, influye en la producción de vitaminas. La exposición a luz solar y, en particular, a una parte de la luz azul influye en nuestro equilibrio hormonal. Las hormonas del cuerpo regulan cómo se siente la persona, además de regular el ciclo de sueño. Durante el día, el porcentaje de luz azul es relativamente alto, mientras que por la noche se reduce significativamente.

Cuando en el exterior hay luz, el cuerpo emite serotonina – conocida también como una de las «hormonas de la felicidad» – y cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Ambas hormonas nos hacen sentir despejados y activos. Por el contrario, la melatonina se considera una hormona del sueño y nos hace estar cansados y nos ayuda a dormir cuando oscurece.

La luz, y en particular la luz azul que alcanza la retina, también influye en nuestro bienestar psicológico. Por eso, la fototerapia se aplica con éxito para tratar la depresión invernal y el insomnio. Pero, como suele suceder, en este caso el axioma «todo con moderación» sigue siendo cierto. La exposición excesiva a la luz también conlleva riesgos y puede resultar dañino.


Los efectos dañinos de la luz azul
Un exceso de luz de las bandas ultravioleta y azul-violeta puede dañar el ojo humano. Además de causar una dolorosa inflamación de la conjuntiva y la córnea, también puede causar daños en el cristalino (p. ej. cataratas) y especialmente en la retina (degeneración macular).

Por eso es tan importante llevar gafas de sol con protección UV 100% cuando hace sol, especialmente cuando se producen muchos reflejos, como en el agua o en la nieve.

El mundo moderno: fuentes de luz con alto porcentaje de luz azul
Desde los diodos que emiten luz (LED) y las luces xenón a las bombillas de bajo consumo y la radiación electromagnética de las pantallas, todas estas nuevas «fuentes de luz» están diseñadas para mejorar nuestras vidas y contienen un porcentaje de luz azul mayor que las bombillas tradicionales. Su composición espectral es distinta y eso significa que estamos expuestos a una cantidad de luz azul significativamente mayor. ¿Puede la luz azul tener un efecto negativo en nuestra visión?

Es importante recordar que pasar una hora en el exterior durante un día nublado expone nuestros ojos a 30 veces más luz azul que una hora en el interior frente a una pantalla.

Cristales transparentes con filtro de luz azul
Tiene sentido que las lentes transparentes no requieran protección UV si las llevamos principalmente en espacios interiores. No obstante, es posible adquirir lentes transparentes con filtro de luz azul, como las lentes DuraVision® Blue Protect. Pero, ¿por qué?

La radiación de luz azul de bombillas y pantallas puede resultar molesta y puede causar fatiga ocular en algunas personas. Un filtro azul puede facilitar una visión más nítida: las diversas longitudes de onda de la luz visible se refractan de un modo ligeramente distinto en la córnea y el cristalino, por lo que no todas se reflejan en el mismo punto focal de la retina. Algunas personas están familiarizadas con este fenómeno: por ejemplo, es más fácil ver con claridad un punto rojo a cierta distancia y uno azul a una distancia corta, y es más cansado mantener el enfoque en un gráfico con líneas rojas, verdes y azules que en uno con líneas del mismo color o de colores similares.
Algunas personas sienten que las fuentes de luz con un elevado porcentaje de luz azul les dificulta conciliar el sueño por la noche. Cuando nos encontramos en una estancia oscura o en el exterior durante el anochecer o por la noche, los ojos adoptan un modo de visión distinto. En condiciones de poca luz, el ojo humano pasa de ser más sensible al verde a ser más sensible al espectro de luz azul de alta energía. Esto significa que percibimos la luz azul con mayor intensidad, lo que puede dar una sensación de más brillo. Este efecto resultará familiar a los conductores que han experimentado los deslumbramientos causados por los faros de los vehículos que vienen de frente, especialmente los faros xenón o LED. Los cristales transparentes con un filtro de luz azul pueden ofrecer una visión más cómoda en esas situaciones.

DuraVision® BlueProtect es un tratamiento protector de lentes que puede aplicarse como una capa adicional. Ofrece todos los beneficios de un protector tradicional DuraVision® Premium de ZEISS, con una dureza óptima y un diseño de fácil limpieza. BlueProtect también incluye un filtro azul que atenúa la luz azul en el espectro de 380 a aprox. 450 nm. Esto significa mayor comodidad visual para cualquiera que necesite protección frente a la luz azul en sus actividades en espacios interiores sin perder los efectos beneficiales de la luz azul en la banda de aprox. 450 a 500 nm. Las lentes con DuraVision® BlueProtect pueden llevarse todo el día, a menos que decida llevar gafas de sol para sus actividades en el exterior o lentes PhotoFusion X®, que también ofrecen una protección UV 100%.

Cómo están cambiando los dispositivos digitales nuestra visión
Las tabletas, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos digitales no solo están cambiando el espectro de luz al que estamos expuestos, también están cambiando nuestro comportamiento visual. Es importante reconocer que en la actualidad pasamos mucho más tiempo mirando «de cerca» que antaño. Con frecuencia, esto se debe a que el brillo de fondo es demasiado bajo. Es un problema entre los escolares: la «miopía escolar» hace referencia a la tendencia creciente entre los niños de desarrollar miopía tras ser escolarizados.
Si no conseguimos dedicar el tiempo suficiente a mirar a distancias lejanas, los ojos no tienen oportunidad de relajarse y pierden la capacidad de enfocar con rapidez a distintas distancias. Este problema puede causar fatiga ocular digital. También parpadeamos menos cuando utilizamos dispositivos digitales, por lo que la córnea recibe menos hidratación del lagrimal. Esa es otra causa de fatiga ocular. Y en el peor de los casos, podría incluso dificultar la visión.

Nuestra recomendación: hacer descansos frecuentes para mirar hacia la distancia, incluso durante el trabajo con el ordenador, la tableta o el teléfono móvil. Y asegurarse de que los ojos reciben la cantidad de luz suficiente y que tienen una protección adecuada frente a un exceso de luz UV y azul-violeta.